LA JARRA DE ESTRIBO
La "jarra de estribo", llamada así por el perfil de su asa, es una de las formas más populares y características de la producción alfarera micénica. Copiada directamente de formas minoicas durante el Heládico Reciente II, presenta entonces tres asas, pero el tipo desaparece al final de esta fase. La forma fue reintroducida desde Creta con solo dos asas en el HR III A1, cuando los contactos entre la isla y el continente fueron más intensos. A partir del HR III B se fabricaron cuatro variantes de tamaño pequeño de las jarras de estribo: piriforme, redondo, cuadrado y ovoide. Estos vasos son muy frecuentes en las tumbas como contenedores de aceite perfumado, aunque también se exportaron como contenedores de vino. Las versiones de mayor tamaño, utilizadas como vasos domésticos de almacenamiento, guardaban aceite y vino.
La decoración principal se sitúa en el hombro del vaso: dos grupos de semicírculos concéntricos a cada lado de las asas, unidos por líneas onduladas a una estrecha banda que marca el inicio del cuello de la falsa boca. Entre ellos, una línea vertical enmarcada por líneas onduladas. Las zonas verticalesdel asa están decoradas con pequeños trazos horizontales, mientras que la zona superior y el disco se han barnizado completamente. El vertedor está decorado interior y exteriormente con bandas anchas de barniz y, debajo, con cuatro líneas onduladas verticales. La decoración desde el hombro hasta el punto medio del vaso, consiste en bandas horizontales paralelas. Entre las dos primeras se han añadido grupos de pequeños trazos verticales alternando en su colocación para crear un efecto de damero. La última banda está ligeramente separada del resto de la decoración. La parte inferior del cuerpo del vaso se ha dejado en reserva.
La jarra de estribo ovoide surge en el HR III B, a fines del siglo XIII a. C, y se mantiene durante la fase siguiente HR III C del siglo XII a. C. La decoración restringida a la mitad superior del vaso, su simplicidad y nitidez apuntan a un momento tardío del Heládico Reciente, en el que, junto a una cierta revitalización de la producción cerámica micénica representada por los llamados "estilo denso" y "estilo del pulpo" de mediados del siglo XII a. C, conviven vasos con formas y decoraciones mucho más simples y banales, como las utilizadas en el "estilo del Granero". Esta tendencia hacia la simplificación y reducción de la decoración cristalizará en el período submicénico, que acoge los últimos destellos de la cerámica micénica y constituye el eslabón de unión con el mundo protogeométrico.
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