AZULEJERÍA
CURSO DE AZULEJERÍA DE PEÑARANDA DE DUERO
La utilización de la cerámica como elemento de decoración arquitectónica proviene de Oriente, en donde se tienen noticias de su empleo desde finales del tercer milenio a. C.
Habrá que esperar hasta el nacimiento del Islam y la expansión de su cultura, para ver cómo se difunde el gusto por los revestimientos cerámicos vidriados por todo el Mediterráneo a partir del siglo VIII. En la península ibérica el gusto por la decoración cerámica llegó a través de al-Ándalus, en donde ya encontramos ejemplos de utilización del sistema de cubrición parietal con azulejos en fechas muy tempranas como, por ejemplo, las placas colocadas en la bóveda de la maqsura de la mezquita de Córdoba, realizada en tiempos de al-Hakam II (961-976). Posteriormente, ya en el siglo XII, el alicatado llegó hasta el sur de la península vía Marruecos con los almohades, aunque la máxima expresión de esta técnica se desarrolló en la Granada nazarí a partir del segundo tercio del siglo XIII.
Evolución tecnológica
Por lo que respecta a la técnica más antigua: el alicatado, su elaboración requería un gran trabajo y especialización. Además de conocer los secretos del vidriado cerámico, los alfareros debían de tener destreza en el arte de la geometría y un excelente gusto a la hora de concebir diseños con los que decorar las fachadas e interiores de los edificios. El primer paso consistía en elaborar unas placas de barro que se recubrían con óxidos que, tras su cocción, presentaban un acabado vítreo.
Posteriormente, esas placas se recortaban, dando como resultado la creación de un variado elenco de formas geométricas denominadas, al igual que en las labores de yesería y carpintería, sinos, almendrillas, zafates, candilejas… Ya por último, esas piezas recortadas se unían en complicados motivos geométricos con los que se revestían zócalos de paredes de exterior e interior, alfices de puertas y ventanas o fuentes y pavimentos de patios y salas.
Esta complicada técnica de recortar placas vidriadas fue cayendo en desuso a medida que en los obradores mudéjares comenzó a proliferar la elaboración de azulejos.
Los alfareros comenzaron a copiar los mismos motivos geométricos del alicatado en piezas cuadradas, dibujándolos sobre la superficie con un pincel impregnado con una materia grasa mezclada con óxido de manganeso. Tras su paso por el horno, esos trazos quedaban en resalte, formando celdillas estancas que se podían rellenar con otros óxidos minerales empleados para decorar las piezas. De este modo se desarrolló la técnica hoy conocida como cuerda seca, con la que se consiguió abaratar costes y agilizar la fabricación. Aunque en el sur de la península se conoce su producción desde, al menos, el siglo XIV, lo más probable es que la técnica llegara a Castilla y León a partir del último tercio del siglo XV, durante el reinado de los Reyes Católicos, difundida desde la ciudad de Toledo.
Coincidiendo en el tiempo con el máximo esplendor de la cuerda seca, hacia el 1500 comenzó a surgir una nueva técnica en los alfares mudéjares, y también cristianos, que simplificaba, aún más, el proceso de elaboración del azulejo, llamada de arista o cuenca. Simplemente con aplicar sobre el barro fresco una matriz de madera, previamente tallada con el motivo decorativo deseado, se conseguía el mismo efecto que con la cuerda seca, pero con una mayor rapidez. La aplicación de los esmaltes sobre la superficie “aristada” continuaba siendo manual, aunque se evitaba, en la mayoría de las ocasiones, el retoque a pincel de cada una de las piezas que requería la técnica anterior. Además de por el abaratamiento de costes, la rápida y gran difusión que alcanzó esta técnica también se debe a la llegada del Renacimiento y a la revolución en cuanto al diseño que propició. Los primeros azulejos de arista llegaron a Salamanca, Ávila y, posiblemente, Valladolid desde Toledo, aunque rápidamente comenzaron a producirse en las alcallerías de Valladolid y Salamanca, desde donde se difundieron al resto de provincias.
Finalmente, la aparición en el siglo XVI de la última técnica de elaboración de azulejos: la plana pintada supuso la definitiva ruptura con los modos de fabricación andalusíes-mudéjares medievales. Su llegada a la península ibérica se produjo al mismo tiempo que las ideas y el repertorio decorativo del Renacimiento italiano, de la mano del azulejero Francisco Niculoso Pisano. En su desarrollo, además de los necesarios conocimientos en materia de alfarería, se requerían la técnica, sensibilidad y gusto de un pintor de tabla o lienzo. No en balde, lo que en realidad se hacía no era otra cosa que aplicar con un pincel colores sobre la superficie de un azulejo que, previamente, había sido bañado con un esmalte blanco de base estannífera. De esta manera, se conseguía realizar azulejos seriados con los que revestir zócalos de paredes y frontales de altar. Aunque también obras únicas, en muchas ocasiones auténticos cuadros sobre cerámica, dependiendo de la mayor o menor pericia de los maestros, dispuestas en retablos, frontales de altar de iglesias y en los zócalos de los palacios de nobles y comerciantes.
En el curso de azulejería vamos a trabajar tanto con azulejos ya creados y bizcochados para su decoración a color y esmaltado como en la elaboración de algunos modelos que han llegado hasta nuestros días desde la Edad Media.
FUENTE DOCUMENTAL
- Apuntes sobre azulejería en Valladolid. De los alcallares del barrio de Santa María a los maestros talaveranos. Por Manuel Moratinos
Lo que puedes encontrar:
- PRESENTACIÓN DEL CURSO
- MOLDES PARA TÉCNICA DE CUENCA O ARISTA EN AZULEJERÍA en la Escuela de Folklore de la Diputación de Guadalajara
- TERMINOLOGÍA CERÁMICA EN LA DECORACIÓN HISPANOMUSULMANA
PRESENTACIÓN DEL CURSO
Os presentamos en nuevo Curso de azulejería tradicional. En él repasaremos las técnicas pictóricas tradicionales dentro del mundo de la cerámica: la cuerda seca, sobre cubierta, bajo cubierta, cuenca y arista, moldeado y socarrat.
Esta nueva actividad invita a contribuir en el diseño de una colección de azulejos inspirados en la tradición cerámica de la cuerda seca del siglo XV. Empleando técnicas de creatividad, diseño condicional y design thinking, también se trabajará en la creación de versiones más contemporáneas de los azulejos de esa época.
El objetivo es trabajar en un concepto de colección flexible y experimental para crear una piel gráfica con los azulejos. L@s participantes podrán jugar con la experimentación, la aleatoriedad y la composición a partir de la deconstrucción de los azulejos tradicionales.
En cada una de las técnicas nos detendremos para hacer una práctica general y una pieza tipo mural teniendo en cuenta aplicaciones clásicas de las mismas como la técnica del verde y negro (cobre y manganeso) gótico-mudéjar o la cerámica verde y azul de fajalauza.
La parte del curso destinado al estudio y ejecución de socarrat, pintados en dos colores con rojo, negro y su base en blanco con un resultado final que permite conocer una cerámica de una gran estética medieval y diseñada y decorada con dibujos donde se muestran tradiciones, costumbres y leyendas de la época.
COMENZAMOS...
ELABORACIÓN DE AZULEJOS CON PLANTILLAS
MOLDES PARA TÉCNICA DE CUENCA O ARISTA EN AZULEJERÍA en la Escuela de Folklore de la Diputación de Guadalajara
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