MILLEFIORI

La técnica millefiori se diferencia del neriage en su mayor parecido al millefiori tradicional del soplado del vidrio. Requiere mayor concentración de color y detalle que el neriage o el ágata, que es otra técnica de mezcla de arcillas.

A diferencia del neriage, que se puede trabajar con el torno o en hechura manual, en el millefiori sólo se obtiene esa calidad y nitidez en una hechura manual muy precisa. Además permite varios tratamientos diferentes. El más popular, como mosaico de pastas de color, se hace con los cilindros preparados previamente, estrechamente unidos, compactados y con un borde de pasta normal.

Algunas pastas de colores puede mezclarse con los cilindros para rebajar la intensidad del color. Las pastas que se utilicen en una misma pieza deben ser lo más parecidas posibles para eliminar problemas de cuarteado y aplicación del esmalte.

La utilización de pastas de diferentes colores se ve potenciada por colores menos plásticos, pero más intensos.


El nombre de cerámica Millefiori. ¿El nombre no es demasiado italiano? Pues sí, y tiene su explicación. Las cerámicas Millefiori se hacen mediante una técnica de fabricación de cerámica inventada por Tsai Erh Ping quien a su vez su basó en la famosa técnica que se utiliza en Murano, Italia, desde el siglo XV. Así, Millefiori es un nombre que resulta de la combinación de dos palabras italianas, “mille” (miles) y “fiori” (flores).


El inventor se inspiró además en los colores de las rocas del Parque Nacional Piedra Amarilla, multicolores, brillantes bajo la luz del sol. Prendado de semejante espectáculo trató de conseguir el mismo color en sus obras así que estuvo investigando e investigando, jugando con metales, madera, agua, arcilla y fuego y así llegó a su propio invento. La visita al Museo Metropolitano con la colección del Antiguo Egipto también lo inspiró y así empezó a enfilarse rumbo al desarrollo de su propia técnica y a aplicarla a la cerámica.


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