Sonet del cantir
SONETO DEL CÁNTARO
En tabaco los cuerpos sumergidos,
ha de cubrir la red una cabeza,
la túnica ajustada a la cintura,
medio bambú, y la banderita blanca.
La rueda de la altura el plomo enfrena,
por el más crudo peñascal mullida,
acostumbra tener mala juntura
sobre la orilla el humo, intempestivo.
¡Oh puerta que abre el paso a la masía!
¡Oh nudos de la noche y la mañana!
Haría sonar conchas confundidas.
Señaladme los astros que influyeran
no en la carpintería: en la arboleda,
y el buen decir, correspondiente cebo.
JOAN BROSSA
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