CERÁMICAS DE TRADICIÓN ÁRABE O HISPANO - MUSULMANA

En España, una de las tradiciones cerámicas más importantes es la que entronca con la tradición islámica. No sólo la rica producción mudéjar de lugares tan emblemáticos como Teruel o Talavera está impregnada de esta tradición, sino que incluso se puede rastrear hasta producciones de un fuerte sabor occidental, como la alcorense. 


Los primeros alfareros musulmanes de la época de la dinastía Omeya (661-750 d.C.) heredaron las tradiciones del Oriente Próximo: la de fritura con barniz de cuarzo verde y azul, conocida en Egipto desde la época de los romanos; la de barniz alcalino de Siria, Mesopotamia y Persia, conocida desde la época aqueménida (siglos VI al IV a.C.) y la cerámica de barniz de plomo de los romanos, que continuaron los alfareros bizantinos. Hubo tres oleadas sucesivas de influencia china que provocaron cambios en la cerámica árabe: la de la cerámica Tang entre los siglos IX y XI; la de la cerámica blanca de Song entre los siglos XII y XIV y la de la cerámica azul y blanca de Ming entre los siglos XV y XIX.

La decoración de estas piezas cerámicas era muy variada: la cerámica más común era la cerámica no vidriada, que se utilizaba para uso cotidiano y no tenía gran valor ornamental. Pero también hubo piezas de cerámica vidriada, con una cubierta cristalina opaca –normalmente de óxido de estaño- que además de darle brillo la impermeabiliza. Esta cerámica vidriada era bien monocroma (verde o azul turquesa) o policroma, a base de goyas o rayas verdes, pardas o violetas. Asimismo, y por influencia de las importaciones de cerámica china, los Abbasíes produjeron piezas blancas con decoración de motivos florales bastante abstractos, en color azul. Para ello se aplicaba el óxido de estaño en vidrios alcalinos o plúmbeos, lo que daba a las piezas un aspecto blanquecino y opaco. 

Los motivos decorativos eran preferentemente florales y geométricos en la cerámica policroma y personajes muy esquematizados y animales inscritos en formas geométricas en la monocroma. El reverso también se decorará hasta mediados del S XI. En cuanto a su utilización, esta cerámica se empleaba como vajilla de lujo y que proliferó debido a la prohibición religiosa del uso de vajillas de oro y plata. Estas piezas de reflejo metálico alcanzarán su máximo desarrollo posteriormente, en época fatimí, donde se realizarán, inicialmente, piezas con fondo azul turquesa y, sobre todo, crema. 

En ellas se representarán motivos de figuras y animales sobre un fondo con una trama de líneas sinuosas rellenas de puntos. Estas piezas de época fatimí evolucionaran hacia el empleo de pastas silíceas y la progresiva decoración del fondo y del reverso. Debemos destacar por fin los azulejos, que empleaban decoraciones de los tres tipos estudiados, la caligráfica, la geométrica y la vegetal estilizada. En Oriente se usaron para recubrir exteriores, mientras que en Occidente se usaron para la decoración de interiores.


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