CELTIBERIAE FINIS

Tomamos el nombre de la ciudad celtibérica de Clunia para iniciar este estudio de la cerámica celtibérica desde el inicio de esta cultura en el s. VI a.c. hasta la adopción de los caracteres ibéricos para dar un alfabeto a la lengua celtibérica y el final de la Celtiberia con la conquista romana y la latinización de los restos de los pueblos que formaron parte de la Celtiberia.


REPRODUCCIÓN DE PIEZAS

Urna funeraria.

En muchas de las excavaciones realizadas en las necrópolis celtibéricas, han aparecido una serie de piezasrealizadas a torno, de un tamaño más bien grande, con forma globular y boca cerrada. Son portadoras de una tapadera de orejetas perforadas y remate modulado que señala la difusión en la Celtiberia de componentes culturales y materiales ibéricos.



El borde de la urna constituye un repliegue de las paredes hacia dentro, donde encaja perfectamente la tapadera, ya que la vasija se modelo como forma cerrada, y con el barro todavía fresco se procedió a cortar la parte superior de la vasija, de la que se extrajo la pieza convertida en tapadera.

Posteriormente, la mejora en la preparación de las pastas, la introducción del torno y el horno cerámico de doble cámara, supone un cambio de una realización cerámica a mano a una producción artesanal altamente cualificada, capaz de crear un alto número de piezas que se distribuyen de acuerdo a reglas de comercio.

Aunque la pintura se suele aplicar en el exterior, se han documentado piezas con decoración interior. para su aplicación se utilizan compases cuando se trazan círculos concéntricos y pinceles de variados grosores para el fileteado de piezas como la aquí reproducida. En un primer momento, siglo VI a.c., la pintura es de unrojo vinoso, con matices naranja al marrón y las decoraciones de líneas rectas u ondulantes; el color negro será predominante después, apareciendo más tarde la bicromía en negro y blanco que juega con el rojo del vaso cerámico y más tarde aún la policromía.


INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

En el límite (Celtiberie Finis)
Las primeras referencias escritas en los celtíberos llegan en el contexto de la II Guerra Púnica a finales del siglo III a.C. de la mano de las fuentes literarias clásicas.

Tales noticias proporcionan información sobre los límites territoriales de la Celtiberia, hacen mención expresa de las etnias consideradas como celtibéricas y de las ciudades a ellas vinculadas así como del territorio que ocuparían.

En la actualidad se piensa que los celtiberos eran un grupo étnico que incorpora entidades de menor categoría como los galos o los Íberos.

Son miembros de esta etnia celtibérica los pueblos o tribus Arévacos, Belos, Titos, Lusones y Pelendones. Por sus características semejantes, algunos autores añaden a las tribus Vacceos, Olcades o Carpetanos, aunando a los principales grupos de la meseta.

Por su parte, el territorio de la Celtiberia, se presenta como una región geográfica unificada en las altas tierras de la Meseta Oriental y el margen derecho del Valle Medio del Ebro, o lo que es lo mismo, la casi totalidad de la provincia de Soria, buena parte de Guadalajara y Cuenca, el sector oriental de Segovia, el Sur de Burgos y la Rioja y la zona occidental de Zaragoza.

Vamos a realizar nuestro estudio en uno de estos límites en la línea imaginaria que une el sur de Burgos y la zona oriental de Segovia y que necesariamente debe pasar por la comarca de la Ribera del Duero burgalesa.

  • KOLOUNIOKU (CLUNIA)

El nombre de la ciudad. 
El nombre de Clunia es de origen celta, tal como aparece en la leyenda de las monedas se lee Kolounioku.

Referencias sobre Clunia celtibérica
Los textos clásicos:

Los textos romanos se refieren a Clunia en época tardía y, generalmente, por motivos bélicos. Sabemos, por Plinio (Salustio y Plutarco) de su pertenencia a la Celtibería, ya que se refiere a esta ciudad como el fin de la Celtiberia (“Celtiberiae finis”) y Ptolomeo la sitúa entre los arévacos. Estos datos indican su proximidad a los vacceos del valle medio del Duero, lo que se ve ratificado por la participación de Clunia en la revuelta de estas ciudades (56-55 a.C.)

Clunia fue asediada por Pompeyo (Guerras Sertorianas), en el año 75 a.C., ya que Sertorio se había refugiado en esta ciudad. No obstante tuvo que abandonar el sitio a causa del continuo hostigamiento y las inclemencias del invierno. Pero tres años después, en el 72 a.C., tras la muerte de Sertorio, sería finalmente tomada por Pompeyo, según cuentan Exuperancio y Floro.

En el año 56 a. C., según Dión Casio, Clunia se unió al levantamiento de las ciudades vacceas, que la liberaron del cerco al que le había sometido Q. Metelo Nepote, pero al año siguiente la revuelta fue sofocada por Afranio, legado de Pompeyo.

La numismática:
Esta ciudad acuñó moneda en época sertoriana (80-72 a.C.), denarios (moneda de plata) de tipología celtibérica (cabeza masculina con delfín y jinete lancero, en el reverso), con la leyenda de la ciudad Kolounioku. También a mediados del s. I a. C. emite una serie en bronce (Ases) con leyenda latina, pero manteniendo la tipología celtibérica.

Donde se ubica la Clunia celtibérica:
Los textos antiguos no ofrecen ninguna referencia sobre su ubicación, salvo su pertenencia al grupo arévaco (Ptolomeo) y su situación en el límite de la Celtiberia (Plinio) y su proximidad o relación con los vacceos, en las revueltas de estas ciudades (56-55 a.C.).

La posibilidad de una ubicación distinta de la ciudad celtibérica y la romana fue planteada, a principios del pasado siglo, por Ignacio Calvo (1916) que revisó diferentes yacimientos del entorno, entre ellos el Alto del Cuerno, sin solucionar el tema. Pero investigadores posteriores como Saturio Gonzalez y, sobre todo, Osaba (1964) se refiere a la existencia en este yacimiento de un castro con restos de muros y cerámicas ibéricas y romanas.

No obstante, Taracena, que llevó a cabo importantes excavaciones en la ciudad romana, pensó que la ciudad indígena estaba en el mismo lugar que la romana (1931-34). Más tarde, P. de Palol que con diferentes equipos fue el que desde 1956 más tiempo dedicó a la ciudad romana, asumió que la Clunia indígena debería de ubicarse el Alto del Cuerno, ya que en las excavaciones de la ciudad romana no se encontraban restos anteriores a Tiberio, lo que ha sido asumido por la investigación posterior.

Situación y emplazamiento:
Clunia, antes de la llegada de los romanos, sería una importante ciudad celtibérica perteneciente a la tribu de los arévacos, emplazada en el vecino cerro de El Alto del Cuerno, situado frente al Alto del Castro, donde se ubica la ciudad romana, al otro lado del río Arandilla. Ambos lugares pertenecen al término de Peñalba de Castro.

El poblamiento estaría repartido en una serie de plataformas superiores de la paramera, en la confluencia del río Arandilla y el Espeja, que se conoce como el conjunto de Los Castrillos (Alto del Salterio, Redondo y del Cuerno) y cuya máxima elevación alcanza una altura de 1.021m y unos 120m sobre el valle del río Arandilla, siendo el Alto del Cuerno el más elevado y el núcleo principal.

El Alto del Cuerno, con una importante obra de aterrazamiento de su ladera, estuvo habitado en la mitad superior, estando su plataforma superior defendida por una muralla, a la que se adosaban las viviendas, de estructura de piedra y adobe, con molinos de piedra, escorias de hierro y abundantes cerámica.

Cronología:
No hay una referenciapara el momento inicial y final de la ocupación del Alto del Cuerno, pero por la abundancia de cerámica de plena etapa celtibérica, se deduce que el momento álgido correspondería a partir del siglo III a.C. y que sería destruida y abandonada tras las Guerras Sertorianas.

  • ARATIKOS (ARANDA DE DUERO)
  • SEKOTIAS (LANGA DE DUERO)
  • USAMUS (BURGO DE OSMA)
  • VELASCO (BELAISKOM)

El tiempo de estudio.
Tradicionalmente el estudio arqueológico de los Celtiberos se ha limitado a lo que se denomina etapa histórica, esto es al final del S.III a.C. y los S.II y I a.C.

En otras palabras se ha considerado que los Celtíberos existían como tales desde el momento en que encontramos las referencias correspondientes en los textos clásicos.

Desde la época de Bosch Gimpera El momento anterior era llamado simplemente posthallsttatico o segunda edad del hierro.

Actualmente el planteamiento de los trabajos de Almagro Gorbea han empezado a reorientar éste punto de vista y señalan la necesidad de extender el análisis hasta el S.VI a.C. ya que desde ese momento existe una continuidad básica en el registro arqueológico que permite hablar de cultura celtibérica.

El problema es explorar arqueológicamente si existe una relación entre la posible etnia celtibérica previa a los textos clásicos y la cultura material, las piezas existentes en los yacimientos de esos 300 años anteriores a la mención en esos mismos textos.

¿Podremos realizar una línea de estudio de la cerámica de un grupo étnico que ignoramos que se reconocieron como tales con anterioridad en la Celtiberia histórica?

De ser afirmativa esa larga pregunta, es evidente que esos celtíberos antiguos o prehistóricos no se corresponden exactamente con los celtíberos de la época romana, aunque existen pocas dudas de que constituyen su precedente inmediato.

Sólo la cultura material tiene la posibilidad de trazar una línea de continuidad que puede remontarse probablemente a algún momento temprano del S.VI a.C.

Expansión desde Cogotas I
En amplios territorios de la meseta, el complejo de Cogotas I impone una unidad, con fenómenos de expansión de ciertos elementos, especialmente las características especies cerámicas con decoración excisa y boquique.

Por cerámica de Boquique, o "punto en raya" se denomina al conjunto de obras de alfarería prehistórica con una decoración muy característica que se conseguía con el uso de un punzón o algún tipo de sierra dentada, creando trazos pequeños y sucesivos a lo largo de una línea incisa continua.
La cerámica de Boquique se identifica con la cultura de Cogotas I, que da nombre al conjunto de comunidades asentadas en la meseta durante el Bronce Final. No obstante se mantiene por la Edad de Bronce hasta alcanzar la Edad de Hierro
Debe su nombre al lugar en que se encontraron los primeros restos arqueológicos, en la llamada Cueva de Boquique, a 2 km al noroeste de la ciudad de Plasencia. Los primeros hallazgos los publicó en 1873, Vicente Paredes Guillén en su obra Historia de los tramontanos celtíberos, que marca una clara relación entre esta cerámica y la posterior cultura celtibérica.


Esta expansión se lleva a cabo entre otras direcciones hacia el Ebro Medio, el Bajo Aragón y el levante Mediterráneo por lo que afecta al atravesarlo la línea geográfica que marcamos para éste estudio.


Reproducciones de cerámica íbera y celtíbera, realizadas durante el Curso de Cerámica Histórica dirigido por Luis Larriba en Alcalá de Henares
El sustrato indígena no desaparece con el final de Cogotas I y debió tener un papel activo en el proceso de interacción con el mundo de Campo de Urnas, procedente del Nordeste peninsular y que aportó el propio ritual funerario, algunos aspectos importantes de la tradición cerámica y ciertas plantas de castros.

Esas tradiciones cerámicas se convierten en mixtas y es de esa interacción comentada de donde surge el horizonte Celtíbero Antiguo.

Estrabón – Pueblos de Iberia

El geógrafo griego Estrabón nació alrededor del año 63 a.C. Se cree que murió hacia el año 2 de nuestra era. De origen cretense, fue uno de los muchos intelectuales griegos atraídos por la Roma imperial, entonces en pleno proceso de expansión territorial y alcanzando el apogeo de su poderío.


Estudió con algunos de los grandes maestros griegos de su tiempo. Viajó extensamente: desde la costa de Toscana hasta Armenia, y desde el Mar Negro hasta Etiopía, como él mismo nos cuenta.

Su obra más importante, o al menos la más voluminosa, es una Historia, perdida excepto por unos pocos fragmentos. La Geografía que ha llegado a nosotros parece haber sido una introducción, o quizá un apéndice, de la obra histórica.

La Geografía es el único tratado general de esta clase que conservamos de la antigüedad clásica. Resulta difícil indicar cuáles partes constituyen contribuciones originales de Estrabón, y cuáles son simplemente copia de obras perdidas de otros autores. De cualquier manera, conservó y nos trasmitió conocimientos muy importantes que provienen de Eratóstones, Polibio y otros escritores. De ellos provienen las ideas de Estrabón sobre la esfericidad de la Tierra, los movimientos de la Luna y del Sol, las causas de las mareas, etc.

La geografía está dividida en 17 libros, de los cuales 2 son de introducción general, 8 están dedicados a Europa, 6 al Asia y 1 a África. Los textos que reproducimos provienen del primero de los libros sobre Europa, que trata en particular de la Península Ibérica. 

Como se advertirá en la lectura, Estrabón no entendía la ciencia geográfica en un sentido puramente físico. Sus descripciones del territorio, del clima, de la topografía, etc. Van acompañadas siempre de comentarios sobre la población, sus costumbres, leyes, economía, organización política, etc. Desde este punto de vista, la Geografía de Estrabón muestra los inicios de una verdadera geografía humana (o de una antropogeografía), a la vez que contiene información etnográfica muy valiosa.

Hemos elegido algunas de sus descripciones sobre los pueblos de Iberia, a pesar de que no conoció personalmente la península, en razón del interés que deben tener para los estudiantes de etnología de América Latina. No deja de ser curioso observar la España de hace 2000 años, futura conquistadora de América, con los ojos de los conquistadores greco-romanos. Desearíamos. Por ejemplo, saber más sobre el proceso de ladinización de los indígenas de la cuenca del Guadalquivir a que se refiere Estrabón, y compararlo con el de los indios de América. Por otra parte, resulta muy interesante observar la antigüedad y persistencia de las culturas regionales de la Península, cuyos habitantes, al poblar el Nuevo Mundo, trajeron con ellos muchas de sus tradiciones culturales.

La primera parte de Europa es el Occidente, es decir Iberia, que en su mayor parte es poco habitable, pues casi toda ella se halla cubierta de montes, bosques y llanuras de suelo pobre y desigualmente regado. La región septentrional (o sea, la costa del Cantábrico) es muy fría por ser accidentada en extremo. Por estar al lado del mar se halla privada de relaciones y comunicaciones con las demás tierras (del ecúmene o mundo civilizado conocido por los griegos y romanos). La región meridional (Andalucía) es fértil casi toda…

La parte del litoral adyacente al Cabo de San Vicente forma el macizo al lado occidental de Iberia, y va por una parte desde la desembocadura del Tajo hasta el comienzo del lado meridional, y por la otra hasta el río Guadiana y su desembocadura. Ambos ríos proceden del Levante, pero el Tajo corre derecho hacia el Mediodía, formando así una Mesopotamia (un país entre dos ríos).

La población de esta región está integrada en su mayor parte por celtas y por algunas tribus de lusitanos trasladados por los romanos a la orilla opuesta del Tajo. En las zonas altas habitan los carpetanos, oretanos y vetones. Este país es regularmente fértil, pero aquel que le sigue hacia el Oriente y el Mediodía no cede a ninguno de los más ricos territorios del ecúmene… Esta región es la que riega el río Guadalquivir. Corre igual que el Guadiana, primero hacia el occidente y después hacia el mediodía… (los habitantes de este país se llaman turdetanos). Tienen fama de ser los más cultos de los íberos. Poseen escritura y tienen escritos antiguos, poemas y leyes en verso que ellos dicen de seis mil años. Los demás íberos tienen también escritura, pero no es igual porque tampoco hablan la misma lengua…

Las orillas del Guadalquivir son las más pobladas. El río puede remontarse navegando hasta una distancia aproximada de doscientos cuarenta kilómetros, desde el mar hasta Córdoba e incluso más arriba. Las tierras están cultivadas con gran esmero… Hasta Sevilla pueden subir navíos de gran tamaño… Para llegar a Córdoba es preciso usar barcas de ribera hechas de piezas ensambladas, pero que los antiguos construían de un solo tronco…

El país de los turdetanos es maravillosamente fértil. Tiene toda clase de frutos y muy abundantes. La exportación duplica estos bienes, porque los frutos sobrantes se venden con facilidad a los numerosos barcos mercantes… Se exporta trigo, mucho vino y aceite; cera, miel, pez, mucha cochinilla (sic) y minio…Sus navíos los construyen allí mismo con maderas del país. Tienen minas de sal… Abundan los talleres de salazón del pescado… Antes se importaba de aquí cantidad de tejidos de lana… De gran calidad son también los tejidos ligeros… La abundancia de ganado de toda especie es enorme…

Tienen los turdetanos, además de una tierra rica, costumbres dulces y cultivadas, debidas a su vecindad con los celtas…Sin embargo, los turdetanos, sobre todo los que habitan las riberas del Guadalquivir, han adquirido la manera de vivir de los romanos, hasta olvidar su idioma propio. La mayoría se han hecho latinos, han tomado colonos romanos y falta poco para que todos se hagan romanos. Las ciudades ahora colonizadas…muestran bien claro el cambio que se ha operado en su constitución política. Llaman togados a los íberos que han adoptado este régimen de vida. Los celtíberos mismos están hoy día entre ellos, aunque tengan fama de haber sido los más feroces…

Al norte del Tajo se extiende la Lusitania, la más fuerte de las naciones íberas y la que durante más tiempo luchó contra los romanos… Dicen que los lusitanos son diestros en emboscadas y persecuciones, ágiles, listos y disimulados. Su escudo es pequeño, de dos pies de diámetro, y cóncavo por su lado anterior. Lo llevan suspendido por delante con correas, y no tienen, al parecer, abrazaderas ni asas. Van armados con un puñal o cuchillo. La mayor parte llevan corazas de lino, y pocos, cota de malla y cascos de tres cimeras. Otros se cubren con cascos tejidos de nervios. Los infantes usan perneras y llevan varias jabalinas. Algunos se sirven de lanzas con puntas de bronce.

Entre los pueblos que habitan sobre el rio Duero, dicen que hay algunos…que calientan sus recipientes con piedras enrojecidas al fuego, se bañan con agua fría y no hacen más que una comida sencilla. Los lusitanos hacen sacrificios y examinan las vísceras sin separarlas del cuerpo; observan asimismo las venas del pecho y adivinan palpando. Auscultan las vísceras de los prisioneros… Amputan las manos derechas de los cautivos y las consagran a los dioses.

Todos estos habitantes de la montaña son sobrios. No beben sino agua. Duermen en el suelo. Llevan cabellos largos al modo fenicio, aunque para combatir se ciñen la frente con una banda. Comen principalmente carne de macho cabrío, que sacrifican al dios de la guerra. Sacrifican también caballos y cautivos…En las tres cuartas partes del año los montañeses no se nutren sino de bellotas, que secas y trituradas se muelen para hacer pan, el cual puede guardarse mucho tiempo. Beben cerveza. Cuando obtienen vino lo consumen enseguida en los grandes festines familiares. En lugar de aceite usan manteca. Comen sentados sobre bancos construidos alrededor de las paredes, alineándose según sus edades y dignidades… Mientras beben los hombres danzan al son de flautas y trompetas, saltando en alto y cayendo en genuflexión…

Los hombres van vestidos de negro, llevando la mayoría un manto con el cual duermen en sus lechos de paja. Usan vasos labrados en madera, como los celtas. Las mujeres llevan vestidos con adornos florales. En el interior, en lugar de moneda practican el intercambio en especie o dan pequeñas láminas recortadas de plata. 

A los criminales se les despeña y a los parricidas se les lapida…Se casan al modo griego. Los enfermos, como se hacía en la antigüedad entre los asirios, se exponen en los caminos para ser curados por lo que han sufrido la misma enfermedad. Antes de la expedición de bruto no tenían más que barcas de cuero para navegar por los estuarios y lagunas del país, pero hoy usan bajeles hechos de un tronco de árbol, aunque su uso aún es raro… así viven estos montañeses, que son los que habitan en el lado septentrional de iberia; es decir, los gallegos, astures y cántabros, hasta los vascones y el Pirineo, todos los cuales tienen el mismo modo de vivir…

Su rudeza y salvajismo no se deben sólo a sus costumbres guerreras, sino también a su alejamiento, pues los caminos marítimos y terrestres que conducen a estas tierras son largos, y esta dificultad de comunicaciones les ha hecho perder toda la sociabilidad y toda humanidad. Sin embargo, hoy el mal es menor gracias a la paz y a la llegada de los romanos. Allí donde estas dos ventajas no han penetrado, conservan un carácter más feroz y brutal, sin tener en cuenta que esta disposición natural entre la mayoría de ellos ha podido aumentarse por causa de la aspereza del país y el rigor del clima.

Según ciertos autores los gallegos son ateos (no tienen dioses). Mas no así los celtíberos y los otros pueblos que lindan con ellos por el norte, todos los cuales tienen cierta divinidad innominada, a la que en las noches de luna llena las familias rinden culto danzando hasta al amanecer…

También podrían tenerse como formas bárbaras los ornamentos de algunas mujeres… en ciertas regiones llevan collares de hierro con garfios que se doblan sobre la cabeza, saliendo mucho por delante de la frente. En estos garfios pueden bajar el velo, que al desplegarlo por delante sombrea el rostro, lo que tienen por cosa de adorno… Otras se depilan la parte alta de la cabeza… Otras se ciñen a la cabeza una columnilla de un pie de altura, alrededor de la cual enrollan sus cabellos que luego cubren con un manto negro.

Es cosa común entre ellos la valentía, no solo entre los hombres sino también en las mujeres. Estas cultivan la tierra. Apenas han dado a luz, ceden el lecho a sus maridos y los cuidan…así entre los cántabros es el hombre quien dota a la mujer, y son las mujeres las que heredan y las que se preocupan de casar a sus hermanos. Esto constituye una especie de ginecocracia, régimen que no es ciertamente civilizado.

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