RECONSTRUIR LOS FRAGMENTOS DEL PASADO


A diferencia del metal, que se oxida; o de la madera y las fibras textiles, que se pudren; la arcilla cocida puede sobrevivir durante enormes periodos de tiempo. Muchas piezas de cerámica se colocaban en las tumbas con forma de urnas funerarias o como equipaje para el más allá y han sobrevivido intactas para que los historiadores de hoy interpreten sus relatos. Incluso los fragmentos de vasijas rotas arrojados a lo largo de la historia sobreviven y permiten a los arqueólogos reconstruir el pasado. Sus formas y adornos son elocuentes respecto al estilo de vida y la cultura de sus antiguos dueños.
 
A menudo, los fragmentos de cerámica pertenecen a los utensilio más comunes y, por tanto, más significativos que se encuentran en una excavación. Los antiguos reutilizaban algunos fragmentos, por lo que también nos han dejado registros de su vida cotidiana. Por ejemplo, los egipcios los usaban como sustitutos baratos del papiro para enviar mensajes, llevar las cuentas o escribir, mientras que los griegos grababan en trozos de cerámica rota los votos para desterrar a los políticos. Eran los llamados "ostraka", de donde proviene la palabra ostracismo.




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