SEGONTIA LANCA - LANGA DE DUERO
Una ciudad romana tardorrepublicana con el nombre de Segontia Lanca, topónimo trasmitido por Ptolomeo, y que se identifica con la Sergountían de Estrabón, surgió en el emplazamiento de Las Quintanas-La Cuesta del Moro (Langa de Duero, Soria), a orillas del Duero, en algún momento del último cuarto del s. II a. C.; y que esta ciudad se ha de identificar, seguramente, con la ceca de sekotiaz lakaz. Estas conclusiones se sustentan en la consideración conjunta de los datos y la cronología ofrecidos por el yacimiento de Las Quintanas-La Cuesta del Moro; la localización de este centro junto al río Duero y en un área adscrita durante la II Edad del Hierro al ámbito arévaco; la posible conservación evolucionada de un componente del nombre antiguo, Langa, en la actual toponimia; y la localización de la ceca de sekotiaz lakaz en la Celtiberia noroccidental.
El contexto histórico del alto Duero en época del surgimiento de la ciudad de Las Quintanas-La Cuesta del Moro era el siguiente:
Tras la conquista de Numantia en 133 a. C. se estabilizó una nueva frontera en la Citerior, en la zona central del alto Duero al oeste de Numantia. En el inmediato espacio occidental todavía autónomo, aunque quizás en parte sometido a tributo, se situaban potentes ciudades estado, como Termes (Tiermes, Soria), Clunia (Alto del Cuerno, Peñalba de Castro, Burgos), Segovia (Segovia), o, si no había sido sometida ya en 133 a. C., Vxama (Alto del Castro, Osma, Soria). No obstante, el orden regional se caracterizaría por un equilibrio tenso entre Roma y los celtíberos no sometidos.
Sólo con el inicio de una nueva guerra a partir de 104 a. C. Roma reanudó el proceso de conquista en la región. No obstante, posiblemente entre la caída de Numantia y esta fecha el avance romano en el alto Duero pudo sufrir puntuales progresos, por la anexión pacífica de algunas comunidades, ante la presión ejercida por Roma.
En 104 a. C. la inestabilidad política provocada por la invasión de la Citerior por los cimbrios, que decidió un reforzamiento moral de las comunidades arévacas no sometidas, por haber sido los celtíberos quienes expulsaron de las tierras hispanas a los invasores germanos, detonaron el nuevo proceso de enfrentamientos entre Roma y los arévacos. Su consecuencia fue la ejecución por parte de Roma de una ofensiva militar de largo alcance en el oeste de la Citerior, verdadera IV Guerra Celtibérica. Entre 104 y 99 a. C. se desarrolló una primera fase de este conflicto, que apenas encuentra eco en las fuentes grecorromanas, más ocupadas en otros frentes y en la política interior de la Urbs. Roma atendió estas primeras acciones con ejércitos pretorianos, pues los mandos consulares se encontraban ocupados en la revuelta servil de Sicilia y en el Bellum Iugurthinum (se documenta al praetor Coelius Caldus en el frente de la Citerior en 99 a. C.). Desconocemos la zona de actuación precisa de los ejércitos romanos en este periodo. Sólo sabemos que la fundación en 100 a. C. por M. Marius de una ciudad cercana a Colenda, según se desprende de App., Iber. 100, debió realizarse en el suroeste del alto Duero o en el sur del medio Duero, según se deduce de la posible localización de Colenda, áreas, sino las dos, que debieron ser objeto de atención romana en tales años.
En 98 a. C., una vez controlados los problemas internacionales, Roma puso en marcha una acción militar bien programada y con objetivos estratégicos claros, enfocados, seguramente, a la pacificación definitiva de la Celtiberia y a la anexión completa, al menos, del territorio al sur del Duero medio.
Para ello se enviaron ejércitos consulares, al mando de T. Didius, entre 98/97 y 94 a. C., y de C. Valerius Flaccus, entre 93 y 92 a. C. Esta intervención promovió el aniquilamiento directo de los poderes indígenas autónomos, siguiendo la política imperialista del momento, documentándose acciones de gran violencia militar sobre las poblaciones indígenas.
Una vez en la Citerior, T. Didius mató a 20.000 arévacos antes de llegar a Termes; tras conquistar esta ciudad obligó a trasladar su población al llano, con la prohibición de amurallarla; luego sitió y tomó Colenda, tras ocho meses de asedio, y vendió como esclavos a sus habitantes (App., Iber. 99).
A continuación el cónsul aniquiló a los habitantes de la ciudad fundada por M. Marius, situada cerca de la anterior, tras concentrar a la población con la promesa de repartos de tierras (App., Iber. 100).
Desconocemos desde dónde se produjo el avance de T. Didius hacia Termes, bien desde la frontera del Sistema Central, bien desde el alto Duero. Parece claro, en cualquier caso, que empezó actuando en el suroeste del alto Duero, pues conocemos bien la ubicación de Termes. Colenda, a partir del análisis de las fuentes, se puede buscar: inmediatamente al oeste de Termes, como se hace de forma habitual, en los valles altos del Riaza, Duratón o Cega (a identificar entre los oppida arévacos de El Cerro del Castillo en Ayllón, Somosierra en Sepúlveda o Los Quemados I en Carabias, o el vacceo de Cuéllar, todos en Segovia); bien más al oeste, en los oppida vacceos y arévacos de los valles altos del Pirón y del Eresma (Cerro de la Sota en Losana de Pirón y Cerro del Tormejón en Armuña, de nuevo en Segovia), o en los vettones del alto Adaja (Las Cogotas en Cardeñosa, La Mesa de Miranda en Chamartín de la Sierra, o, en especial, Ulaca en Solosancho, todos en Ávila, etc.). A partir de 93 a. C., C. Valerius Flaccus proseguiría la actividad militar en la Citerior, usando también gran violencia, como señala el hecho de que aniquiló a 20.000 celtíberos y el asunto de Belgeda (App., Iber. 100), dentro de unas acciones más difíciles de localizar, posiblemente en el Duero medio, donde se debió crear una nueva área de frontera.
Por tanto, el territorio donde surgió la Segontia Lanca tardorrepublicana debió caer en manos romanas: entre 133 y 104 a. C., de forma pacífica, por la presión diplomática romana en este periodo entreguerras; entre 104 y 98 a. C., por la fuerza o mediante rendición pactada, en el contexto de las operaciones militares tras la invasión de los cimbrios; o hacia 98 a. C., como consecuencia de la primera campaña de Didio (pues si el avance de éste se produjo desde el alto Duero se deduce que posiblemente antes del ataque a Termes, por su posición en la línea del Duero, el área segontina debía haber sido ya sometida; y, sin duda, la conquista de esta zona sólo se hubo de llevar a cabo tras haber sido anexionada Vxama, también antes que Termes).
De acuerdo con la cronología de todos estos hechos, si el surgimiento de la Segontia Lanca junto a Langa de Duero sólo se produjo entre 124 y 98 a. C., nos planteamos la pregunta de cómo se había articulaba a lo largo del s. II a. C. todo el territorio que capitalizaría esta comunidad. Como hemos visto, esta región occidental del alto Duero estaba ocupada por varias comunidades urbanas, con núcleo central en sendos oppida, y en alguna de las cuales es posible rastrear ya un estadio organizativo de ciudad estado. Estas comunidades eran las mencionadas Termes, Vxama, Clunia, El Cerro del Castillo, Sepúlveda y Los Quemados I, oppida arévacos, además de la vaccea Rauda (Roa de Duero, Burgos). Como también observamos, en este territorio se establecía la frontera entre vacceos y arévacos.
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