EN LA RETINA DE SEBALD: CAMINAR, por Maite Palacios

CAMINAR, por Maite Palacios


Alguien nos contó que en el despacho de Sebald en la Universidad de East Anglia había fotos de escritores, entre los cuales estaban Benjamín, Walser, Wittgenstein y Bernhard. Sus miradas sugieren este paisaje de "del Natural": 

"... El cerebro trabaja de continuo
con algunas huellas, por débiles
que sean, de autoorganización,
y a veces de ello surge
un orden..."

Imagino un orden en esos cuatro maestros susurrándole consejo: cita para construir pensamiento; camina como quien con los pies escribe prosa; desconfía del lenguaje; cuestiona siempre tu pútrida patria.



El problema es que esos versos de su primer libro prosiguen así:

"... un orden, en algunos aspectos hermoso
y tranquilizador, pero más cruel también
que el anterior estado de ignoracia..."

Caminar por una montaña de la única y verdadera diosa: la Naturaleza, desconfiando del término pero amparándose en el mismo, despreciando fronteras y banderas.

En las manos de Maite Palacios, se forjan formas reales con elementos naturales: tierra, agua, aire y fuego. La cerámica hecha forma.

Algunas de las mariposas de la exposición en el CCCB, se posan en la obra de Maite y forman parte de la misma. Fundidas en un orden hermoso y tranquilizador, pero como Del Natural, más cruel.


En su cima, vigía permanente del entorno, cuida con amor el parto eterno de sus criaturas en un orden natural. Los ojos desde la cumbre y las raíces en la base, todo forma una unidad.


VESTIDO DE LA PIEZA


Sobre la pieza cruda, damos un primer baño de esmalte base compuesto de arcilla de La Yecla y óxido de hierro amarillo.


Los motivos de la pieza son decorados a manos con distintos esmaltes de elaboración propia a partir de recetas ya probadas en otras piezas.


Todo ello es recubierto por una segunda capa de esmalte elaborado a partir de un 31% de arcilla de La Yecla, un 31% de feldespato potásico, un 31% de ceniza vegetal y un 3% de sal común.


La pieza ha sido cocida en atmósfera fuertemente reductora en horno de propano alcanzando una temperatura de 1250º. El enfriamiento se ha realizado con todas las entradas de aire cerradas para mantener la ausencia de oxígeno hasta su enfriamiento total.

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