LIBER-ARTE: DEL 25N AL 8M
Feminidad, masculinidad, estereotipos, roles asignados… son algunos de los temas que trata el nuevo proyecto de talleres de cerámica de LIBER-ARTE. Tratamos de ofrecer miradas diversas dirigidas a las técnicas cerámicas que habitualmente realizamos en A Cántaros con la intención de generar nuevos discursos que permitan a quienes participen, a reflexionar acerca del papel de la mujer, de los mitos patriarcales o de la desigualdad social entre hombres y mujeres.
Este taller, en definitva, está pensado como un diálogo continuo entre La artesanía, principalmente en su versión de Arte-Terápia y nuestro entorno diario. Proponemos un viaje cultural que conecte diversas épocas, técnicas cerámicas, etnografía e historia y busca acercarlos, también físicamente, desde Peñaranda a las demás poblaciones de la Ribera del Duero burgalesa.
Comenzamos este mes de noviembre con el 25N como punto de partida en un "work in progress" donde se irá añadiendo nuevas experiencias, modelos de piezas y si así surge, una pequeña exposición de los trabajos realizados acompañada de una charla sobre el curso.
Curso impartido por: José Palacio Cantos
- Certificado sobre formación y sensibilización en violencia de género de la Delegación de Gobierno en Castilla y León
- Certificado sobre formación del Curso "Escenarios de la Violencia de Género"
- Ceramista
PIEZAS PROPUESTAS
I. SOCARRAT: El vestido de la mujer medieval
Género e historia. Género y espacio. Roles de género
En todos los socarrats con figuras de mujer, ésta lleva un traje de tela listada, sus siluetas se ajustan a la moda de la época, en la que las mangas eran vaporosas y se ceñían a la altura de la muñeca. Las faldas no solían representarse con cola. En ocasiones las encontramos con medallones. Sus cabezas pueden estar cubiertas con sombreretes o con una red, que encierra el cabello, cayendo sobre la espalda.
Las mujeres casadas llevaban la cabeza tapada como símbolo de obediencia, respeto y sujeción a sus esposos. Con ello se representa a una mujer idealizada, pero desde el punto de vista del hombre.
Los denominados Padres de la Iglesia a partir de la lectura del Génesis establecieron que la mujer era el origen de todos los males. Eva al comer el fruto prohibido arrastró a toda la humanidad a un mundo de pecadores por contra la Virgen María representaba la honra, la pureza y la castidad. Si Eva era la madre de todos los pecadores, la Virgen María era la madre de la Iglesia. Sumando a esto la influencia del pensamiento de los filósofos grecolatinos, en especial Platón y Aristóteles, o los tratados médicos de Hipócrates y Galeno, la mujer medieval fue considerada como un ser imperfecto. De esta forma, se justificaba que la mujer debía estar sujeta al hombre, bien fuera al padre, al marido o a un familiar masculino.
Todo ello configuró las bases del pensamiento cristiano medieval. Respecto al papel de la mujer a partir del siglo XIII, con la influencia de la filosofía de Aristóteles, se acentuó una mayor diferencia entre hombres y mujeres. El aristotelismo dividió en dos a la humanidad, las mujeres constituían la parte débil y como tales estaban sometidas por los hombres. El género femenino quedaba relegado a la procreación y cuidado de los hijos dentro del matrimonio y como ser inferior, no podía participar en política y mucho menos en los conflictos bélicos.
Además su participación en éstos la apartaría de sus cometidos dentro de la casa, de esta forma se incidía en la separación de un espacio exterior, monopolizado por el hombre, y un espacio interior, doméstico, reservado a la mujer.
II. ATAIFOR GÓTICO-MUDÉJAR: La mano de Fátima
Estereotipo de género. Sujeto deseante/objeto deseado. Género y ciclo vital/matrimonio. Género y sexualidad
La representación icónica de la “mano de Fátima” en la cerámica medieval es muy común en los países de religión islámica, como símbolo de protección frente a enfermedades, desgracias y malos espíritus. Una de las leyendas asociadas a dicho símbolo muestra la actitud resignada de Fátima ante la infidelidad de su marido, significando la abnegación y la paciencia como actitudes femeninas adecuadas para la relación de pareja. La revisión de esta y otras narrativas tradicionales explican su papel en la reproducción de la desigualdad de género, articulando procesos de socialización distintos para hombres y mujeres. La pedagogía y las editoriales recogen hoy esta realidad y la superan con “relecturas” en propuestas didácticas en las aulas y en las estanterías.
III. CERÁMICA CALIFAL: Plato de pedida
Género y ciclo vital: matrimonio
Aún hoy en día es común que muchas familias preparen el ajuar para sus hijas. Pero, ¿Qué significaba el ajuar en el siglo XIX cuando el papel de la mujer se reducía a la reproducción y la maternidad? El ajuar formaba parte de la dote que la mujer aporta al matrimonio con el fin de contribuir con las cargas comunes. La dote la otorgaban los padres de la novia o familiares y estaba compuesta (según la clase social) por ropa blanca, ropa de la futura esposa, muebles o propiedades. Era una importante estrategia a la hora de casar a una mujer y un símbolo de estatus social. Una vez casados, la gestión de esos bienes correspondía al marido, pero la propiedad era de la mujer. En caso de disolución del matrimonio o viudedad, la dote era devuelta a la mujer. Así, la dote tenía un significado especial, siendo el matrimonio una de las únicas vías “decentes” por las que una mujer podía conducir su vida, junto al convento.
IV. ÍBERA/CELTÍBERA. Kalathos de la danza
Género e indumentaria. Género y clase social
El “kalathos de la danza” es un vaso cerámico del siglo III-II a. C., procedente de la antigua ciudad ibérica de Edeta (Tossal de Sant Miquel de Llíria, València), que representa una danza grupal. La comitiva está encabezada por una flautista y un tañedor de tuba, seguidos por un conjunto de tres hombres y cuatro mujeres cogidos de las manos. Sobre el borde del kalathos aparece pintado el nombre de una mujer, Balkeuni(n), que sería quien encargaría la elaboración del vaso. Las escenas que aparecen tanto en esta como otras en cerámicas del Tossal de Sant Miquel proporcionan una información muy valiosa sobre las identidades y los roles de género de las élites edetanas.
V. CERÁMICA BAJO MEDIEVAL. Albahaquero
Género e indumentaria. Género y clase social. Roles de género
La función del albahaquero dentro de la vivienda es servir como macetero de albahaca, planta de uso culinario y actuar como ambientador natural, acciones ligadas en el ámbito doméstico al género femenino. No obstante, la decoración de la misma nos lleva más allá, entre otras cosas a considerar la vestimenta de la época en que se inserta y cómo era representada la mujer en la iconografía del siglo XV. Así, vemos en esta representación el estereotipo de mujer con la silueta bien marcada que refuerza otros atributos femeninos. Pero, ¿realmente era así o simplemente refleja la mentalidad masculina hacia las mujeres?
VI. CERÁMICA MEDIEVAL. Cocio
División sexual del trabajo. Género y espacio. Estereotipos de género: público / doméstico.
El cocio o cuezo es una pieza que forma parte de los útiles presentes en el ámbito doméstico y cuya función principal es la realización de la colada es decir, lavar y blanquear la ropa. Su forma es troncocónica, de boca más ancha que la base, pero presenta variedad de tamaños dependiendo de la cantidad de ropa a lavar o blanquear. En el medievo, tras el lavado en el río, acequia o curso de agua, en el interior de la vivienda el trabajo de blanqueado quedaba, igual que el previo de lavado, en manos de la mujer, la cual debía acarrear el agua hasta allí y emplear fundamentalmente ceniza para la higienización de la ropa, para posteriormente volver a lavarla. Este trabajo, nunca suficientemente reconocido, ni entonces ni hasta la aparición de la lavadora, ocupaba gran parte del día.
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