RAKU 20200810

Para nosotros, en nuestro Espacio Artístico A CÁNTAROS, este es el año del raku. A pesar de las dificultades por la pandemia para probar nuevas técnicas, llevamos una decena de cocciones de forma tradicional con reducción en cámara y al menos una más con reoxidación a la manera oriental. 

Miramos el Rakú como un proceso que se inicia a partir de la preparación de la pasta, continuando con el modelado, el esmaltado y la posterior cocción.  Aporta a la pieza características únicas de color y textura. Siempre proponemos la participación en el Raku antes que la compra de una pieza para compartir la experiencia y que l@s participantes tengan, además de la pieza resultante, la vivencia de la cocción.

Casi siempre utilizamos piezas bizcochadas de arcillas que puedan soportar el choque térmico cuando se retira del horno a 980°C. Son muchas y variadas las fórmulas para este tipo de pastas, para estas cocciones utilizamos pastas elaboradas con arcilla refractaria en un  70%, Talco en un 30%, y chamota (fina, gruesa o media) entre un 25 a un 40%.

A continuación nos ponemos a elaborar los esmaltes. Inmersos en el debate si preparar las recetas justo antes de la cocción o tenerlas preparadas, participamos de ambas acciones, elaborando al menos un par de recetas para la ocasión. 

Elaboramos dos bases: una plúmbica y otra alcalina.

• Monosilicato de Plomo 75% 
• Cuarzo 20 %
• Caolín 5%

Podemos aplicar óxidos colorantes en un 2,5 %

• 80 % de esmalte CQ3
• 20% de feldespato sódico (a veces nefelina sienita que es potásico)

Iniciamos la cocción en atmósfera oxidante y al alcanzar los 980º abrimos la tapa del horno observando que las piezas están al rojo vivo. Con unas pinzar sacamos rápidamente las piezas y se la introduce dentro de un recipiente o con serrín u otro elemento combustible que produzca humo. Tras tapar herméticamente el recipiente comienza la reducción. El serrín en contacto con la pieza al rojo vivo, se quema, produciendo en el interior del recipiente, atmósfera reductora que actuará tanto sobre la pasta como en los esmaltes de la pieza.

Esperamos unos 8 minutos y posteriormente introducimos la pieza en un balde de agua (opcional) para enfriarla y terminar el proceso.

El sumergirla totalmente cuando aun está a una temperatura elevada, nos asegura que la pieza no sufrirá el proceso de reoxidación (el óxido de cobre reoxida en bajas temperaturas), o sea, vuelva a su color de oxidación.

Otra opción es dejar enfriar lentamente la pieza al aire. Esta es una de las formas recogidas desde oriente y permite visualizar el proceso de fijación de los colores en los esmaltes.

La intensidad de la reducción que produzcan los óxidos colorantes en la pieza, estará sujeta al tiempo que la expongamos dentro de la atmósfera reductora.

RAKU EN PAREJA. Hoy hemos recibido la visita de Jorge y Diana que han participado en un Raku. Cada uno ha elaborado una receta para la pieza elegida, (dos piezas de la serie nido de pájaro), que han usado como esmalte de base. Sobre el mismo, han aplicado esmaltes, óxidos metálicos y arcillas para dar color y textura.

La cocción ha llegado a 1000° y en las cámaras de reducción hemos puesto papel y esparadaña, una especie de junco que brota junto al río.

El resultado ha sido fantástico pero, como siempre, el momento mágico ha sido cuando, Jorge y Diana han sacado sus piezas y han observado los cambios producidos.

Todo ello junto a una copa de vino de Peñaranda de Duero y muchas sonrisas. @ Espacio Artístico A Cántaros