TERRES DE GRAND FEU, ARTIGAS Y MIRÓ

Aunque no fue hasta la década de los sesenta cuando Miró eclosionó como escultor, el germen de su pasión por esa forma plástica de expresión que le habría de procurar nuevas posibilidades tuvo su primer impacto veinte años antes gracias a su relación con el ceramista Llorens Artigas, a quien conocía de sus años de juventud. Miró quedó cautivado por el trabajo del artista. «La brujería del fuego durante las cocciones era algo magnífico para mí, que me lanzaba hacia lo desconocido». De aquellas primeras visitas al horno de Artigas surgió una colaboración entre ambos, que una década más tarde acabaría traduciéndose en una exposición conjunta que, bajo el título ‘Tierras de gran fuego’, llevaron ambos a París.


Así describiría el crítico Jacques Lassaigne el fabuloso impacto que en la Ciudad de la Luz tuvo aquella insólita muestra: «Quienes hayan visitado la exposición nunca olvidarán la impresión que sintieron al penetrar en esa selva de formas petrificadas, muy vivas, en plena profusión. ¿Cómo contar la belleza, el fulgor de esas materias porosas alimentadas con colores y luces caldeadas por los esmaltes?».

Una vez instalado en su casa-taller de Son Abrines, Miró se zambulló de lleno en la escultura. Su imaginativo y sugerente universo se trasladó a las tres dimensiones teniendo como principal temática a la mujer. La mujer elevada a la categoría de tótem, de ídolo. Se diría que Miró decantó todo el secular arte de las diferentes culturas mediterráneas que en el mundo habían sido, de Creta a Roma, para crear figuras que guardan toda la poética armonía de su personal lenguaje artístico.

«Miró tiene pleno dominio de los volúmenes, pero su espíritu creador necesita la doble andadura.Unas veces esculpe figuras llenas, redondeadas y lisas, otras procede a la transformación de diversos objetos: embargado por la inmensa ternura que le produce todo lo que recoge durante sus paseos, Miró se conmueve ante un hierro oxidado, un utensilio abandonado.Quiere darles una nueva razón de ser. Los acopla y los eterniza, moldeándolos en bronce», escribe Joan Punyet en el libro Miró, el pintor de la estrellas.

También utilizó resina y cemento para sus esculturas más grandes, aquellas con las que el artista buscaba acercarse al público, integrar su arte en la vida cotidiana de sus conciudadanos, y en las que utilizó el color.

Gloria Moure, que fue comisaria de la exposición ‘Miró escultor’, que se celebró en el Reina Sofía a finales de los años 80, aseguraba sobre las esculturas del artista catalán que demuestran cómo la efusión subjetiva de éste «se filtra tantas veces y hasta tal punto, que la aguda cualidad simbólica del tema llega a convertirlo en una estructura de expresión refractaria a la simbolización concreta. Las esculturas parecen pertenecer a una imaginería religiosa arcaica y sincrética, en la que se enfatiza la fecundidad materna y donde el erotismo es una afirmación de contingencia y una celebración de la virtud humana, sin cesiones abandonistas de ningún tipo».

icono pop
La naturaleza, siempre la naturaleza, fue la gran inspiradora de Miró. También para las esculturas.De sus largos paseos por el campo, el artista recogía cuando hallaba a su paso y llamaba su atención: guijarros, ramas, materiales que la marea depositaba en la orilla del mar. Cada objeto, por simple que parecía, se le antojaba importante, un objeto que tenía vida propia y que podía ofrecer y sugerir mucho. A finales de los años 60, cuando realizó las esculturas más grandes y las más nuevas con respecto a las que había hecho hasta entonces, Miró se convirtió en una personalidad del mundo pop. Trabajos como Muchacha huyendo o Mujer con pájaro, en la que la mezcla de objetos y colores llaman poderosamente la atención entre el mundo artístico, mucho más en un hombre que está en su última etapa creativa.

El poeta Alain Jouffoy, que siguió muy de cerca a todos los surrealistas, escribió de la faceta escultórica del genio catalán: «Digo que Miró inventa objetos, como inventa signos. No se limita a a darlas forma e imponerles un estilo.Propone crear, con él, a partir de la nada.Suscitar ejemplos, hacer que retrocedan los límites de la libertad».

FUENTE: http://www.diariodeburgos.es/noticia/Z05D21CD8-AF59-B7F7-0C60B9379117276E/20131004/escultura/limites

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