LA MAGIA DE LA CARBONACIÓN EN LA CERÁMICA
La carbonación en la cerámica nos llega desde las misma prehistoria. Durante estos dos últimos años, hemos estudiado como las piezas de los periodos Calcolítico y Campaniforme realizaban carbonaciones que permitían que las piezas cerámicas realizadas tuvieran esa magia del negro metálico.
La magia de esta técnica ha estado presente en múltiples culturas que nunca tuvieron contacto entre sí, como la cerámica negra de la América precolombina de donde destaca poderosamente la cerámica de negro sobre negro de María Martínez en la Reserva de los Indios Pueblo.
Lógicamente el color negro puede llegar de la coloración de las arcillas, incluyendo la utilización de pastas con gran cantidad de manganeso, pero la cerámica negra suele ser causa de una gran reducción o carbonación dentro del horno, generalmente realizado en arcilla roja de baja temperatura.
Algunas de las piezas así realizadas contrastan el bruñido de la pieza con la decoración incisa, excisa y impresa, que muestra mate sobre brillo en el resultado final.
La cerámica auténticamente negra requiere una ausencia total de aire y por tanto de oxigeno en el interior del horno. Durante el curso de cerámica Histórica de Luis Larriba, hemos aprendido a realizar carbonaciones con herramientas sencillas, pero cuyo resultado ha sido espectacular.
Llevados a experimentar sobre lo aprendido, hemos creado una situación de similitud con quienes crearon ese tipo de piezas en la prehistoria y con modelos de cocción similares, hemos llevado a nuestras piezas a una temperatura de 820º C, para bajar mediante una gran reducción hasta alcanzar los 760º donde el negro ha sido irreversible.
Detalle de la decoración incisa sobre cerámica negra
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